FICTICIO

Tormentosa situación con apocalíptica escenografía muestra el porvenir en una teatralización tétrica. Queda demostrado que somos náufragos en un mar de dudas y estamos a la deriva de un mundo magnánimo ya cansado, harto del acoso y la violación constante fruto de nuestras actitudes infatigables por reírnos de él y creernos los propietarios de su hermoso jardín.

Complicaciones existenciales si las hay, una manera más de sentirnos infortunados ante tamaña manifestación de grandeza. Hemos subido escalón por escalón bajando constantemente sin darnos cuenta, y seguramente tendremos algo que ver con todo esto. La sensación de algo incontrolable puede ser la determinación más justa para el hecho de caer rendidos sin más remedio.

Yo se que hay cosas que por ahí son demasiado inabarcables, pero siento en lo más profundo que cometimos una gran equivocación y ya no hay tiempo de repararla. Qué se le puede pedir a él, si con la indiferencia que nos ha de tratar denota que no hay nada más por hacer, solamente esperar sentados que nos bendiga con su furia e impetuosidad, es lo más sabio que puede llevar a cabo.

Mientras tanto cada parte de este gran componente se va deshilachando y deformando de manera tal que quedamos expuestos, fuera del juego. ¿Y ahora qué van a decir los precursores del progreso? ¿Qué van a inventar los actores de esta gran ficción? Nada queda ya, no pueden exprimirnos más, ¿o si? 

Yacen aquí nuestras grandes invenciones y el bienestar de cartón...

PD: "Y más allá del terraplén, la pantalla de crueles ciudades". Luis Alberto Spinetta.