DISONANTE

Detrás de murmullos inalterables, fuentes de vida invisibles se enaltecen ante las maravillas que nos plantean los interrogantes. Ver tras eso, ver el fondo de las cuestiones sin sentido de un momento más dentro de la parábola que nos planteamos incesantemente.

Miradas ajenas, y vientos que soplan a través de mares. Silbidos cansados y una nota en el cielo, capaz de calmar la bestia de las sensaciones encontradas. Aquí se encuentra la humanidad y se vierten las ansias de la derrota existencial. Como nunca, la hermandad de siglos perdidos, que esconde tras su principal vertiente la avaricia de los callados, tendrá que dar explicación a la vida detrás del dolor.

Mas no sabemos cual es la pregunta más exacta, sin verdad absoluta quedan cortas las letras amontonadas de un vocablo superior, de un análisis profundo de la razón a esto que me invoca. Ver es escuchar, escuchar es saber, y saber es algo que muchos alardean tener en su poder. Que contrariedad, ponerle un precio a la razón, ponerle un precio al corazón, ver las ansías de muchos en manos de pocos. Que desazón.

Igual, el momento en el que se levanten los caídos, y se despierten los gigantes dormidos será la redención de aquellos seres inertes con vida quienes sin más apuro que nacer, tendrán esa posibilidad. Más fuerte que nunca, se impondrá el rumbo de los succionados y su romántica inspiración de la nada misma.

PD: "Quiero aprender a estar con la nada frente a frente, para vencer, vencer el tiempo de tolerancia cero". Ricardo Iorio