MERITOS

Claro. Bueno. Pero eso es algo que... Ok. Ya está aclarado. Quería decir solamente que esa intención desviada responde a un síntoma inequívoco que comprende una gran parte de la escena misma en la que estas inmerso. Eso solo. ¿Cómo? Por supuesto que es así, pero no ha de ser preocupante si caen frutos del esfuerzo realizado. Mantengo esa postura intacta, hasta ahora no hay argumento que ha osado moverla.

Me estiro para alcanzar lo supuestamente indebido, lo alcanzo y me quedo con las ansias de saber en realidad que es. Que frustración tan boba si he de pensarlo como algo sin sentido, es que más allá de eso hay algo común entre todos que identifica una manera de suscribirse y tener los números puestos todos los días.

Si entendemos el curioso funcionar de los engranajes como una lista de méritos a conseguir puede que sea el error más frecuente en el que nos vemos inmersos. No obstante quedamos aprisionados dentro de leyes inverosímiles que creemos regulan el universo, sin embargo somos nuestros propios guardiacárceles, cuidamos celosamente el calabozo interno que nos ha de asfixiar.

Cada día se suman marejadas de ignorancia a nuestras cabezas ahuecadas por el viento artificial, nos han de soplar falacias impalpables que absorbemos de manera tan rápida que no llegamos a saber si lo que tenemos incorporado en nuestra mente es realmente lo que nos han dicho que es. Pasa con todos, y en cada uno de los rincones a los que la imaginación pueda llegar.

R.A.: Corajudos y agalludos muestran su valor al andar, exponen sus dotes como un modelo a seguir, pero sufren de algo que los ha de marcar, mitómanos profesionales ya no hay piedad.