DESPARRAMO

Confundido y miserable saludando a su propio espejo, con una mueca de abismal confusión se devora así mismo como un monstruo mitológico. Vive de las penas amargas que el tiempo le ha dejado en huellas imborrables, solo un atisbo de satisfacción le queda para gastar y nada más que eso.

Enfermo de a ratos raya la locura ensimismada en su sien, conduce oraciones a un desconocido bien conocido y tal vez bien parecido, según los retratos de la época. Acompaña su calvario con constante compás, sin resultar herido por su evocación sigue destilando broncas atadas en las mismas ramas de su invernal sentir, se hace cada vez más oscuro, busca un relámpago brillando detrás del errático camino.

Seguimos pregonando la hidalguía de antepasados pero no encontramos la nuestra, capaces de armar desparramo por donde dejemos nuestro sello inconfundible. Encontramos en el doble discurso la salvación de males, velamos por lo nuestro, despreciamos lo ajeno y le bailamos en la cara al desdichado de ocasión. Versos, aquellos de una canción o los que enmarañan mentiras, pueden ser los dos aunque no nos decidimos.

De ver al reventado hemos quedado temblando, soltando nuestro peor sentir para que atropelle con furia y sin razón. Anclados en la mediocridad absoluta, compartiendo nuestras joyas con nosotros mismos. Tacaños de amor, faltos de compasión, seres incapaces de sentir, de a montones los cuento. Ni siquiera una autocrítica dejamos para que vean, porque somos perfectos, perfectas creaciones del innombrable.

Y así es como llegamos a saludarnos al espejo. Confundidos y miserables. Que desdicha.

PD: "Cuando un ciego llora, tú sabes que no hay una historia más triste". Deep Purple.